Aunque existen algunos estándares y recomendaciones acerca de la densidad de lámparas para algunos espacios (sobre todo exteriores y vía pública), la realidad es que la densidad o la cantidad de lámparas por unidad de área así como la distancia entre cada una de ellas son si bien algo cuantificable y calculable también tiene su parte de juicio subjetivo, la situación es que la iluminación no debe verse solo como el resultado de un cálculo, debemos tener en cuenta que es un medio de interacción entre la arquitectura del espacio, los objetos y las personas, por tanto la densidad no solo tiene que ver con cuantas lámparas poner, sino también con como ordenarlas o el patrón de instalación de las mismas.
Como patrón podemos considerar la forma en que se agrupan las lámparas, por ejemplo un patrón lineal consiste en varias lámparas colocadas a través de una línea imaginaria recta, así podríamos considerar patrones circulares, cuadrados o inclusive patrones aleatorios.
La combinación de capas y superposición de sombras y luces pueden crear una atmósfera atrayente, absorbente, crea armonía visual con la arquitectura, podríamos con una sola lámpara de mayor intensidad lograr la misma intensidad de luz que muchas de ellas, sin embargo, muchas fuentes de luz dan la sensación psicológica de jerarquía a los espacios ó zonas, separación y unión del espacio, etc
Deja una respuesta